Resumen:
La Catarata es la opacidad congénita o degenerativa del cristalino de los ojos que normalmente es transparente. En la mayoría de los casos la enfermedad se desarrolla lentamente con el paso de los años, esto se debe a cambios normales que se producen después de los 40 años aproximadamente. El síntoma principal es la pérdida de la visión progresiva e indolora por la descomposición de las proteínas en su lente, lo cual provoca que el paciente tenga la sensación de ver a través de un cristal empañado y opaco, percibiendo imágenes confusas o menos coloridas. El diagnóstico se realiza mediante oftalmoscopia y examen con lámpara de hendidura. El tratamiento consiste en la extracción quirúrgica y el implante de un lente intraocular.
CATARATAS:
Las cataratas son la principal causa de ceguera en el mundo. Un gran por ciento de la población entre 65 y 75 años tiene cataratas que interfieren con la visión. En las primeras fases de aparición de la enfermedad los síntomas pueden ser casi imperceptibles y al ser de lenta evolución puede pasar inadvertida como una simple molestia. Sin embargo, una catarata en estado avanzado puede llegar a ser bastante incapacitante. Pueden localizarse dentro del núcleo cristalino central, conocido como catarata nuclear, por debajo del cristalino posterior o en el lado del cristalino que generalmente no interfiere con la visión. Pueden presentarse en uno o en los dos ojos y el hecho de que se detecte en ambos ojos no quiere decir que sea contagiosa sino que es común que suceda por el propio proceso de desgaste, que lógicamente afecta a los dos órganos por igual. Algunos de los cambios en la visión que puede notar el paciente si tiene catarata son:
- Visión borrosa
- Visión doble o fantasma
- Sensibilidad a la luz, especialmente durante la noche
- Dificultad para ver bien de noche o necesitar luz extra para leer
- Ver los colores atenuados o amarillentos
- Dificultad para distinguir entre el azul oscuro y el negro
- Deslumbramiento (halos, destellos alrededor de las luces, sin fotofobia),
En un ojo sin cataratas la luz pasa a través del cristalino transparente a la retina. Al llegar a la retina, la luz se convierte en señales que envía al cerebro. El cristalino tiene que estar transparente para que la retina pueda recibir una imagen clara, si el cristalino está nublado por la catarata entonces la imagen se verá borrosa.
Entre los factores de riesgo para la aparición de la enfermedad se encuentra, como ya se ha dicho, principalmente el envejecimiento, pero hay otros elementos como son:
- Consumo de alcohol
- Exposición a rayos X
- Tabaquismo
- Desnutrición
- Exposición crónica a la luz ultravioleta
- Algunas enfermedades sistémicas como la diabetes
- Causas congénitas de etiología genética, que pueden tener su causa en anomalías cromosómicas, enfermedades metabólicas o enfermedades maternas durante el En algunos casos aislados pueden atribuirse a una anomalía familiar aislada autosómica dominante
- Inflamación de los ojos
- Antecedentes familiares de cataratas
- Uso prolongado de corticosteroides u otros medicamentos
- Haber estado expuesto mucho tiempo al Sol especialmente sin gafas
El grado de la pérdida de la visión paulatina, depende del lugar donde se localice la catarata y la extensión de la opacidad. Si la catarata es nuclear, se ve afectada la visión a distancia; sin embargo en los primeros estadios de la enfermedad puede mejorar la visión de cerca a causa de los cambios en el índice de refracción del cristalino. Por ejemplo, un paciente con presbicia es capaz de poder leer sin tener que utilizar espejuelos de forma transitoria.
Una catarata subcapsular posterior afecta grandemente a la visión porque la opacidad se localiza en el punto de cruce de los rayos de luz que entran en el ojo. Este tipo de catarata reduce mucho la agudeza visual cuando la pupila se contrae al tratar de leer o ante una luz brillante y es la que más provoca en el paciente deslumbramientos.
La catarata se detecta a través de un examen completo de los ojos y su diagnóstico se realiza mejor con la pupila dilatada pues estas se abren y se puede observar con definición la parte posterior del ojo. Es necesario señalar que no es posible pronosticar cuan rápidamente se desarrollará la catarata en una persona pero el oftalmólogo sí podrá evaluar el estadio de la enfermedad.
Para ello, examina de cerca la córnea de los ojos, el iris, el cristalino y el espacio entre el iris y la córnea. La exploración con un oftalmoscopio suele mostrar opacidades sutiles que pueden llegar a ser casi imperceptibles. El examen con lámpara de hendidura (microscopio especial) proporciona más detalles sobre la localización y extensión de la opacidad. Se buscan también señales de glaucoma y otros posibles problemas con la retina y el nervio óptico. La otra prueba que se le realiza al paciente es la de refracción y agudeza visual con ella se valora la nitidez y la claridad de la visión. La capacidad de ver letras de diferentes tamaños se evalúa individualmente en cada ojo.
Las cataratas con cierto grado de desarrollo se observan como opacidades grises o carmelitas- amarillentas en el cristalino. Su tratamiento, aunque quirúrgico, es un procedimiento seguro y ambulatorio, o sea no presenta grandes riegos para los pacientes y en la mayoría de los casos cura por completo en unas semanas. El procedimiento consiste en la extirpación de la catarata y la colocación de un lente intraocular. Se extrae con anestesia local y sedación. Al eliminar la catarata la visión del paciente mejora mucho aunque no es recomendable operar una catarata precozmente si no interfiere significativamente en la actividad normal de la persona.
Las complicaciones por la cirugía de cataratas son poco frecuentes pero en algunos casos pueden aparecer hemorragias bajo la retina, infección intraocular, edema y en muy raras ocasiones, desprendimiento de retina.
Como cuidados posquirúrgicos se receta un esquema de dosis decrecientes de antibióticos tópicos y corticosteroides tópicos que se utilizan hasta cuatro semanas después de la operación.
Si una persona ha sido diagnosticada con la enfermedad es recomendable que se realice un examen médico cada año o como mínimo cada dos años. Igualmente, debe protegerse los ojos mediante el uso de gafas y evitar la exposición al Sol. El paciente no debe automedicarse usando gotas u otros tratamientos que se anuncien como “disolventes” para las cataratas. El único tratamiento para eliminar las cataratas es quirúrgico.