RESUMEN
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que causa manchas rojas, escamosas que pican, y que aparecen sobre todo en los codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. Es una enfermedad crónica que no tiene cura. Aparece por ciclos, con brotes que pueden llegar a durar de semanas hasta meses y que luego disminuyen. Los síntomas suelen ser leves, aunque en algunos casos puede presentar prurito leve a intenso. Existen tratamientos para ayudar a controlar los síntomas que junto con hábitos de vida saludable y estrategias de afrontamiento ayudan al paciente a convivir con la enfermedad y tener una mejor calidad de vida.
PSORIASIS
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que afecta la piel, las uñas y las articulaciones. Es una enfermedad crónica que se presenta en brotes y de ninguna manera es contagiosa. Se clasifica en leve, moderada y grave según la superficie corporal afectada y también en la medida en que estas lesiones limitan la calidad de vida del paciente. Este padecimiento puede aparecer entre los 15 y 35 años de edad, aunque también afecta a las personas mayores e incluso a los niños. El diagnostico se basa en una evaluación clínica del aspecto y la distribución de las lesiones, en raras ocasiones en necesario realizar una biopsia. La enfermedad no es hereditaria, pero sí existe una predisposición genética y antígenos leucocitarios humanos para padecerla. Se cree que existen otros factores desencadenantes que puedan provocar una respuesta inflamatoria con la consiguiente proliferación excesiva de queratinocitos. Entre los factores desencadenantes bien identificados podemos incluir:
- Heridas
- Quemaduras solares
- Infección por estreptococo
- Estrés emocional
- Consumo de alcohol
- Consumo de tabaco
- Obesidad
- Uso de determinados fármacos en especial los beta bloqueadores
La causa de la psoriasis no es clara, pero se conoce que involucra la estimulación inmunitaria de las células T, o sea, comienza en el sistema inmune principalmente en las células de la sangre(los llamados linfocitos T). Durante la enfermedad, los linfocitos T se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares, entre ellas, la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, lo que se manifiesta en el color rojo de las lesiones. Usualmente, el recambio celular de la epidermis debe ser de 30 días, pero en pacientes con psoriasis este proceso solo dura 4 días, lo que genera la acumulación de las células en la capa córnea y se manifiesta en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada. Como se mencionaba anteriormente, las escamas están formadas por las células de la epidermis que se acumulan debido a su proliferación acelerada, y el enrojecimiento es el resultado de la mayor afluencia de sangre debido a la inflamación. La psoriasis en placas constituye la forma más frecuente y se caracteriza por placas rojas delimitadas, que pueden medir desde milímetros hasta unos pocos centímetros. Si las placas cubren mucha superficie corporal, se habla de psoriasis generalizada.
Los signos y síntomas de la psoriasis pueden variar de un paciente a otro. Los más comunes son:
- Parches de piel rojiza cubiertos de escamas gruesas y plateadas
- Pequeños puntos escamados que son más comunes en los niños
- Piel seca y agrietada que puede sangrar o picar
- Picazón, ardor o irritación
- Articulaciones inflamadas
Las manchas pueden presentarse desde unos pocos puntos escamosos similares a la caspa hasta erupciones que abarcan grandes zonas. Las áreas más comúnmente afectadas son la espalda lumbar, los codos, las rodillas, las piernas, el cuero cabelludo, la cara y las palmas de las manos.
Existen distintos tipos de psoriasis, en su mayoría todas presentan ciclos con brotes que duran semanas o meses y luego disminuyen o llegan casi a desaparecer por completo. Entre las variantes de la enfermedad se encuentran:
- Psoriasis en placas: constituye la forma más frecuente y se caracteriza por placas rojas bien delimitadas. Por lo general se localizan en las rodillas, codos y región lumbar.
- Psoriasis en las uñas: pueden presentarse desde pequeños puntos hasta marcas similares a un dedal a veces con engrosamiento y deformación de la uña y otras veces con manchas amarillas que se corresponden al desprendimiento de la uña de su lecho.
- Psoriasis en las plantas de los pies y palmas de las manos: se caracteriza por placas muy secas e hiperqueratòsicas y suelen agrietarse y sangrar. Son muy limitantes para el paciente.
- Psoriasis en el cuero cabelludo: se presenta en forma de descamación seca muy adherida sobre una zona roja del cuero cabelludo.
- Psoriasis en la cara: es poco frecuente pero muy agresiva pues interfiere mucho en la vida personal. La piel de la cara es muy delicada y difícil de tratar. Tiende a confundirse con dermatitis seborreica.
- Psoriasis en gotas: son lesiones pequeñas, numerosas y distribuidas de forma irregular distribuidas por todo el cuerpo. Su aparición puede estar asociada a una infección por estreptococos (bacterias). Responde muy bien al tratamiento.
- Psoriasis pustulosa: Es una complicación grave y poco habitual, en la que aparecen pústulas estériles sobre las placas. Normalmente aparece en manos y pies y si es generalizada requiere ingreso hospitalario.
- Artritis psoriásica : es una forma de inflamación crónica de las articulaciones que se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón y dolor de las articulaciones afectadas.
Los tratamientos para la psoriasis tienen como objetivo detener el crecimiento de las células de la piel tan rápidamente y eliminar las escamas. Entre las opciones se incluyen cremas, fototerapia y medicamentos orales o inyectados. Es frecuente que el paciente tenga que probar distintos tratamientos hasta encontrar el que funcione en su caso.
Cuba es pionera en el tratamiento de esta enfermedad con resultados muy alentadores. El tratamiento cubano para la psoriasis es la Coriodermina, un gel tópico soluble en agua desarrollado por el Dr Carlos Miyares Cao, a partir de la placenta humana. El éxito de este medicamento se debe a que actúa inhibiendo y regulando la velocidad de las células epidérmicas y neutralizando citosinas y neuropéptidos. Se aplica de manera directa sobre las lesiones y luego es absorbida a nivel dérmico que actúa como primera defensa contra el calor, la luz, las infecciones y las lesiones.
En cualquier caso, se recomienda que el paciente mantenga un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, rica en alimentos frescos y nutritivos; practicar ejercicios al menos tres veces por semana; mantener una higiene adecuada y sobre todo elaborar un plan de vida que evite a toda costa mantener el estrés sostenido.