Lesión del Ligamento Cruzado Posterior (LCP)

El ligamento cruzado posterior (LCP) es el ligamento más fuerte de la articulación de la rodilla y se encuentra en la parte posterior de la rodilla, conectando el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla). Desempeña un papel vital en la estabilización de la rodilla, ayudando a que la rodilla se mueva suavemente y evitando que la tibia se desplace demasiado hacia atrás. Una rotura del LCP ocurre cuando este ligamento se sobreestira o se desgarra debido a un traumatismo o hiperextensión.

Las lesiones del LCP son significativamente más raras que los desgarros del ligamento cruzado anterior (LCA), representando menos del 20 % de todas las lesiones de ligamentos de la rodilla, y a menudo ocurren junto con otras lesiones de ligamentos.

El tratamiento para el LCP en Cuba depende de varios factores, incluida la gravedad de la lesión y la presencia de cualquier daño adicional en los ligamentos u otras estructuras dentro de la rodilla. En la mayoría de los casos, el tratamiento es no quirúrgico, como fisioterapia y medicamentos para el dolor, o intervenciones quirúrgicas para restaurar la estabilidad y función de la rodilla.

Si un desgarro del ligamento cruzado posterior (LCP) no se trata, puede provocar varias complicaciones con el tiempo, como:

  • Inestabilidad en la rodilla, lo que la hace propensa a más lesiones.
  • Aumento del estrés en otras partes de la rodilla.
  • Posibles daños en el menisco u otros ligamentos.
  • Dolor crónico, hinchazón y dificultad para realizar actividades diarias o participar en deportes.
  • Desarrollo de osteoartritis.

Tipos de Lesiones del LCP

Las lesiones del LCP se denominan esguinces y se clasifican por grados, desde el grado uno (el menos grave) hasta el grado cuatro (el más grave):

  • Esguince de Grado I: Es un desgarro parcial donde el ligamento se estira, pero la rodilla permanece relativamente estable.
  • Esguince de Grado II: Es un desgarro parcial más significativo en el que el ligamento se estira y está más flojo, lo que provoca una inestabilidad notable en la rodilla.
  • Esguince de Grado III: Este tipo de desgarro implica una rotura completa del LCP, lo que causa una alta inestabilidad en la rodilla con una dificultad significativa para mantener la función normal de la rodilla.
  • Desgarro de Grado IV: Es el desgarro más grave e implica una rotura completa del LCP junto con daños a otros ligamentos de la rodilla, como el LCA, LCM. La rodilla es extremadamente inestable, con múltiples problemas estructurales que requieren un tratamiento integral.

Causas de las Lesiones del LCP

Cualquier traumatismo en la rodilla, ya sea menor o grave, puede causar una lesión de ligamentos de la rodilla; sin embargo, rara vez ocurren por un simple paso en falso. Hay varias formas en que puede ocurrir una lesión del LCP, siendo la principal causa un trauma severo en la articulación de la rodilla.

  • Impacto Directo: La lesión del LCP ocurre como resultado de un impacto repentino y fuerte en la parte frontal de la rodilla mientras está doblada, como en accidentes automovilísticos o deportes de contacto como el fútbol y el fútbol americano.
  • Hiperextensión: El daño al LCP se debe a un sobreestiramiento o sobreextensión de la articulación de la rodilla más allá de su rango normal de movimiento, lo que suele verse en los atletas durante actividades de alto impacto.
  • Lesiones por Torsión: La lesión del LCP ocurre debido a cambios repentinos de dirección o movimientos de torsión que ejercen un estrés excesivo en los ligamentos de la rodilla.

Síntomas de las Lesiones del LCP

Los síntomas de una lesión del LCP pueden ser leves o graves, dependiendo de la magnitud de la lesión. En casos de esguinces leves del ligamento, la afección puede ser asintomática. Para un desgarro parcial o completo del ligamento, los síntomas comunes incluyen:

  • Sensibilidad en la rodilla, específicamente en la parte posterior de la rodilla.
  • Inestabilidad en la articulación de la rodilla.
  • Dolor en la articulación de la rodilla que empeora con el tiempo.
  • Hinchazón e inflamación en la rodilla.
  • Moretones alrededor de la rodilla, particularmente en la parte posterior de la rodilla.
  • Rigidez en la articulación.
  • Reducción del rango de movimiento.
  • Dificultad para caminar.
  • Problemas para bajar escaleras.

Diagnóstico de las Lesiones del LCP

El diagnóstico de una lesión del LCP comienza con una revisión del historial médico y un examen físico, lo que incluye una revisión de los síntomas, la historia de la lesión, el rango de movimiento, así como un examen de la integridad estructural de la rodilla y la comparación de la rodilla lesionada con la rodilla no lesionada. Otras pruebas que pueden ayudar a confirmar el diagnóstico incluyen:

  • Radiografía: Las imágenes de rayos X no detectan lesiones en el ligamento cruzado posterior; sin embargo, pueden revelar si el ligamento arrancó un fragmento de hueso durante la lesión. Los rayos X también ayudan a evaluar hasta qué punto la tibia puede moverse hacia atrás.
  • Resonancia Magnética (MRI): La MRI se utiliza típicamente para diagnosticar lesiones del LCP, ya que estas imágenes proporcionan imágenes detalladas de los tejidos blandos. La MRI puede confirmar la presencia y extensión del desgarro.
  • Tomografía Computarizada (TC): Se puede usar una tomografía computarizada si hay preocupaciones sobre pequeñas fracturas óseas.

Opciones de Tratamiento para las Lesiones del LCP

El tratamiento para la lesión del LCP generalmente comienza con enfoques no quirúrgicos, que incluyen reposo, aplicación de hielo, compresión y elevación (R.I.C.E) para reducir el dolor y la hinchazón. Para lesiones menores, se puede recomendar el uso de férulas o fisioterapia con el objetivo de fortalecer los cuádriceps y los isquiotibiales, mejorar el rango de movimiento y mejorar la estabilidad de la rodilla mediante ejercicios específicos. Para lesiones más graves o cuando los tratamientos conservadores fallan, puede ser necesaria una intervención quirúrgica, como la reconstrucción del LCP.

Opciones No Quirúrgicas

  • Férulas: Esta es una opción importante de tratamiento no quirúrgico destinada a proporcionar estabilidad, apoyo a la articulación de la rodilla y evitar que la tibia se mueva excesivamente hacia atrás, para proteger el ligamento en proceso de curación. Al estabilizar la rodilla, el uso de férulas puede mejorar la efectividad de los ejercicios de rehabilitación y facilitar un regreso más rápido a las actividades diarias.
  • Fisioterapia: La fisioterapia es esencial para el tratamiento de las lesiones del LCP, crucial tanto en la recuperación no quirúrgica como en la postquirúrgica. Sus objetivos principales son restaurar la función, aumentar la fuerza, mejorar la flexibilidad y prevenir futuras lesiones mediante un programa de rehabilitación estructurado y progresivo. Esto incluye:
    • Terapia manual.
    • Fortalecimiento muscular.
    • Entrenamiento funcional.
    • Ejercicios de rango de movimiento (ROM).
    • Activación del cuádriceps.
    • Actividades con soporte de peso.
    • Ejercicios de propiocepción.
    • Movilidad rotuliana.
    • Ejercicios de estabilidad dinámica.
    • Entrenamiento neuromuscular.
    • Entrenamiento funcional.
    • Entrenamiento de agilidad.

Opciones Quirúrgicas

La consideración de un tratamiento quirúrgico depende de varios factores, entre ellos:

  • Gravedad de la lesión
  • Presencia de lesiones asociadas o combinadas
  • Inestabilidad funcional
  • Respuesta al tratamiento no quirúrgico
  • Tiempo transcurrido desde la lesión
  • Edad y nivel de actividad del paciente
  • Salud general del paciente

Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Reconstrucción del LCP: Este es un procedimiento artroscópico (mínimamente invasivo) que se realiza cuando el ligamento está completamente roto o no ha respondido a los tratamientos conservadores. El procedimiento generalmente implica el uso de un autoinjerto (tejido propio del paciente) o un aloinjerto (tejido de un donante) para reemplazar el ligamento dañado. Durante la cirugía, se perforan túneles en el fémur y la tibia para anclar el nuevo ligamento, que se asegura con tornillos u otros dispositivos de fijación.
  • Reparación del LCP: En ciertos casos en los que el ligamento se ha desgarrado del hueso, puede ser reinsertado utilizando suturas o anclajes. Este procedimiento es menos común y generalmente se realiza cuando el desgarro es reciente y la calidad del tejido es buena.
  • Reconstrucción de Ligamentos Combinados: Este procedimiento a menudo es necesario cuando hay daño en múltiples ligamentos, como el LCA, LCM o LCL, además del LCP, lo que provoca una inestabilidad significativa en la rodilla. La cirugía generalmente emplea una combinación de autoinjertos (tejido propio del paciente) y aloinjertos (tejido de donante) para reconstruir los ligamentos dañados, proporcionando una estabilización integral de la articulación de la rodilla.
  • Reparación Meniscal o del Cartílago: Este procedimiento se realiza cuando hay daño en el menisco o el cartílago de la rodilla junto con el desgarro del LCP. Este procedimiento, realizado típicamente de manera artroscópica, implica reparar o recortar el tejido meniscal dañado y alisar o reparar el cartílago para restaurar la función de la rodilla y aliviar el dolor.
  • Desbridamiento Artroscópico: Esta es una cirugía mínimamente invasiva que se realiza para limpiar la articulación de la rodilla y eliminar fragmentos sueltos de tejido, cartílago dañado y otros restos cuando hay inestabilidad mínima, pero persiste el malestar o problemas mecánicos.

La rehabilitación postquirúrgica es crucial después de cualquier tipo de cirugía del LCP para garantizar una curación adecuada y evitar lesiones adicionales. Esto incluye una progresión gradual de ejercicios para restaurar el rango de movimiento, la fuerza y la estabilidad funcional.


ALOJAMIENTO:

HABITACIÓN PRIVADA CON LAS SIGUIENTES CARACTERÍSTICAS:

  • Cama electrónica para pacientes
  • Equipo para pacientes discapacitados
  • Conexión de oxígeno
  • Tres comidas AP teniendo en cuenta las preferencias del paciente y/o dietas especiales prescritas por el médico
  • Baño privado completamente equipado
  • Atención de enfermería
  • Televisión en color con canales nacionales e internacionales
  • Servicios telefónicos locales e internacionales (se aplicará costo adicional)
  • Caja fuerte
  • Servicio de internet en cada piso
  • Servicios de lavandería

SERVICIOS ADICIONALES INCLUIDOS EN EL PROGRAMA:

  • Asistencia en la emisión y extensión de visado (si es necesario)
  • A cada paciente/acompañante se le asignará un miembro de campo multilingüe con el mandato de atender todas las necesidades de traducción y personales de nuestros pacientes
  • 20 horas de servicio de internet
  • Recogida y traslado al aeropuerto local
  • Recogida y traslado al hospital (si es necesario)

Referencias:

–> POR QUÉ CUBA COMO DESTINO MÉDICO
–> POR QUÉ ELEGIR CUBAHEAL

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