Un chequeo médico integral para niños de 2 a 12 años es crucial para garantizar su salud y bienestar durante los años formativos, en los que los niños experimentan un crecimiento físico, cognitivo y emocional significativo. El programa de chequeo médico pediátrico de Cuba para niños de entre 2 y 12 años proporciona una evaluación completa de su salud, desarrollo y hitos de crecimiento. El equipo de pediatras y profesionales de la salud de Cuba está comprometido a brindar atención personalizada adaptada a las necesidades únicas de cada niño.
Un chequeo médico integral para niños de 2 a 12 años debe incluir una variedad de evaluaciones para monitorear su desarrollo físico, mental y emocional.
Historia Médica
Una revisión completa de la historia médica del niño es una parte esencial del chequeo. Comprender estos eventos médicos pasados ayuda a los proveedores de atención médica a identificar patrones, anticipar posibles problemas de salud y proporcionar una atención más personalizada.
Un examen físico completo ayuda a detectar cualquier signo de enfermedad o problemas de desarrollo de manera temprana. También establece una referencia para la salud del niño, lo que facilita la detección de cualquier cambio o problema de salud emergente.
Evaluación de la agudeza visual del niño, los movimientos oculares y la alineación, la respuesta pupilar a la luz y el examen en busca de infecciones, inflamaciones u otras anomalías.
Evaluación de la capacidad auditiva del niño, examen externo del oído para detectar signos de infección, acumulación de cera u otros problemas, utilizando audiometría u otros métodos de detección. También se inspecciona el oído medio en busca de signos de infección o acumulación de líquido detrás del tímpano.
Revisión en busca de congestión, pólipos o problemas estructurales en el conducto nasal, y evaluación de los senos nasales en busca de infección sinusal.
Inspección de las amígdalas y adenoides para detectar hinchazón, enrojecimiento o signos de infección, y evaluación de la cavidad oral en busca de infecciones y problemas dentales.
Escucha de los sonidos cardíacos, ritmo y cualquier soplo o irregularidad, control del pulso para asegurar una frecuencia cardíaca regular y apropiada para la edad del niño, y evaluación de los pulsos en los brazos y piernas para asegurar una buena circulación.
Escucha de los sonidos respiratorios normales y anormales como sibilancias, crepitaciones o sonidos respiratorios disminuidos, y observación de la frecuencia y el patrón de respiración para detectar signos de dificultad respiratoria.
Búsqueda de signos visibles como distensión, cicatrices o hernias, escucha de los sonidos intestinales para evaluar la actividad digestiva, y revisión en busca de sensibilidad, masas o organomegalia (agrandamiento de los órganos).
Observación de erupciones, sequedad, decoloración o lesiones y verificación de cualquier cambio en el tamaño, color o forma de lunares o marcas de nacimiento que podrían indicar afecciones de la piel.
Revisión de la curvatura de la columna para detectar escoliosis u otras curvaturas anormales, y evaluación de la postura y alineación del niño mientras está de pie y sentado.
Prueba de la flexibilidad y el rango de movimiento en las articulaciones principales (hombros, codos, caderas, rodillas, tobillos) y búsqueda de signos de inflamación, dolor o deformidades articulares.
Evaluación de la fuerza, tono y simetría muscular, así como observación de la capacidad del niño para realizar movimientos coordinados y mantener el equilibrio.
Prueba de los reflejos como el reflejo rotuliano para asegurar el funcionamiento neurológico normal.
Evaluación de la función de los 12 nervios craneales, que controlan actividades como los movimientos faciales, la audición, la deglución y los movimientos oculares.
Habilidades Motoras Gruesas: Evaluación de la capacidad del niño para realizar movimientos amplios como caminar, correr y saltar.
Habilidades Motoras Finas: Prueba de habilidades que requieren movimientos precisos, como escribir, abotonarse la ropa y manipular objetos pequeños.
Revisión de la capacidad del niño para sentir el tacto, el dolor, la temperatura y la vibración.
Observación del comportamiento del niño, su capacidad de atención y su habilidad para seguir instrucciones, asegurando que el niño cumpla con los hitos adecuados de desarrollo cognitivo y del lenguaje.
Las pruebas de laboratorio se realizan para proporcionar información importante sobre el estado de salud del niño. Estas pruebas ayudan a diagnosticar, monitorear y prevenir diversas afecciones de salud.