El plexo braquial es una red de nervios entrelazados que comienza en el cuello (la región cervical en la médula espinal) y cruza la parte superior del pecho hasta la axila, encargándose de enviar señales desde la columna vertebral hacia los hombros, brazos y manos, y de controlar el movimiento y la sensación en estas extremidades. Una lesión en esta red, ya sea por corte, daño, presión, estrés o un tirón excesivo, puede interrumpir estas funciones, lo que provoca debilidad, pérdida sensorial y diferentes grados de parálisis.
En Cuba, el tratamiento para una lesión del plexo braquial generalmente incluye un equipo multidisciplinario de neurólogos, cirujanos ortopédicos, neurocirujanos y especialistas en medicina física y rehabilitación, y consiste en fisioterapia, manejo del dolor y, en casos graves, intervención quirúrgica para reparar o injertar nervios dañados con el objetivo de restaurar la mayor función y sensación posible en el hombro, brazo y mano afectados, aliviar el dolor y prevenir complicaciones adicionales.
Si no se trata, pueden desarrollarse una serie de complicaciones, entre ellas:
- Debilidad permanente.
- Parálisis del brazo.
- Dolor crónico.
- Pérdida de sensibilidad.
- Atrofia muscular.
- Deterioro significativo en la capacidad de realizar actividades diarias.
Tipos de Lesiones del Plexo Braquial
El plexo braquial tiene cinco secciones anatómicas. Las lesiones del plexo braquial pueden ocurrir en una o más de estas áreas:
- Nervios espinales.
- Troncos.
- Divisiones.
- Cordones.
- Ramas.
Las lesiones del plexo braquial varían mucho en gravedad, dependiendo del tipo de lesión y la cantidad de fuerza involucrada. Los principales tipos de lesiones del plexo braquial incluyen:
- Estiramiento (neuropraxia): Esta es la forma más leve de lesión del plexo braquial, comúnmente causada por estiramiento o compresión de los nervios sin desgarro. Este tipo de lesión a menudo resulta de un trauma repentino, como lesiones deportivas o caídas. Ocurre cuando un nervio del plexo braquial se estira levemente, lo que daña la capa protectora del nervio.
- Ruptura: Ocurre cuando un estiramiento más fuerte de un nervio del plexo braquial provoca su desgarro parcial o completo. Este tipo de lesión generalmente resulta de un trauma de alto impacto, como un accidente de motocicleta o automóvil, y puede causar un deterioro funcional significativo si no se trata adecuadamente.
- Avulsión: Este es el tipo más grave de lesión del plexo braquial, en el cual las raíces nerviosas se arrancan por completo de la médula espinal. Estas lesiones son causadas por un trauma extremo y pueden llevar a una discapacidad significativa y permanente si no se tratan.
Causas de las Lesiones del Plexo Braquial
Las lesiones del plexo braquial pueden ocurrir por diferentes motivos, entre ellos:
- Trauma contundente: Accidentes de alto impacto, como choques automovilísticos o de motocicleta, heridas de bala, pueden hacer que el plexo braquial se estire, comprima o desgarre.
- Lesiones deportivas: Los deportes de contacto como el fútbol o la lucha libre pueden causar lesiones del plexo braquial, a menudo denominadas “picaduras” o “quemaduras”.
- Lesiones al nacer: Partos difíciles, especialmente aquellos que implican un tirón excesivo en los hombros del bebé, pueden causar lesiones en el plexo braquial.
- Tumores y Radioterapia: Crecimientos cerca del plexo braquial o tratamientos de radiación para el cáncer pueden dañar los nervios.
- Condiciones inflamatorias: Algunas condiciones como la neuritis braquial pueden causar inflamación del plexo braquial.
- Trauma médico: Un nervio se corta durante un procedimiento quirúrgico o se daña por una inyección o la posición del cuerpo durante la cirugía.
Síntomas de las Lesiones del Plexo Braquial
El dolor por una lesión del plexo braquial puede variar de leve a severo y puede ser temporal o crónico, dependiendo del tipo y la extensión de la lesión. Por ejemplo, un nervio ligeramente estirado podría causar dolor durante aproximadamente una semana, mientras que un nervio roto puede causar un dolor severo y duradero que podría requerir fisioterapia y, potencialmente, cirugía.
- Debilidad, entumecimiento o parálisis: En el hombro, brazo o mano.
- Pérdida de sensación: Hormigueo o entumecimiento en el brazo o mano.
- Dolor: Dolor intenso, a menudo descrito como una sensación de ardor o descarga eléctrica.
- Atrofia muscular: Desgaste de los músculos en el brazo o la mano.
Diagnóstico de las Lesiones del Plexo Braquial
Se necesita una evaluación integral para diagnosticar las lesiones del plexo braquial. Esto puede incluir:
- Examen físico: Evaluación de la fuerza muscular y la sensación, así como de otras lesiones.
- Pruebas electrodiagnósticas: Estas pruebas, incluyendo electromiogramas y estudios de conducción nerviosa, miden la conducción nerviosa y las señales musculares. Ayudan a confirmar el diagnóstico de una lesión del plexo braquial, localizar el daño nervioso, determinar su gravedad y evaluar la tasa de recuperación del nervio.
- Radiografías: Imágenes del cuello, pecho, hombro y brazo para descartar fracturas óseas asociadas, especialmente porque las lesiones del plexo braquial suelen ocurrir por lesiones traumáticas.
- Tomografía computarizada (CT): La tomografía computarizada se considera la prueba más confiable para detectar lesiones por avulsión de nervios espinales (arrancamiento).
Tratamiento de las Lesiones del Plexo Braquial
Existen dos tipos principales de tratamiento para las lesiones del plexo braquial: no quirúrgicos y quirúrgicos.
Opciones no quirúrgicas
Fisioterapia: El objetivo de la fisioterapia para las lesiones del plexo braquial es restaurar la mayor función posible en el hombro, brazo y mano afectados, aliviar el dolor, mejorar el rango de movimiento, fortalecer los músculos, mejorar la percepción sensorial y permitir que el paciente realice las actividades diarias de manera independiente y eficiente. Se incluyen:
- Ejercicios de rango de movimiento.
- Ejercicios de fortalecimiento.
- Reeducación sensorial.
- Terapia manual.
- Movilización articular.
- Movilización de tejidos blandos.
- Ejercicios de hidroterapia.
- Terapia ocupacional.
- Terapia de frío y calor.
Opciones quirúrgicas
El objetivo del tratamiento quirúrgico para las lesiones del plexo braquial es restaurar la función, aliviar el dolor, reparar el daño nervioso, mejorar la movilidad, prevenir daños adicionales y mejorar la calidad de vida.
La intervención quirúrgica para las lesiones del plexo braquial está indicada cuando hay:
- Daño nervioso severo.
- Falta de mejoría después de 3-6 meses de tratamiento conservador.
- Dolor crónico.
- Compresión nerviosa.
- Lesiones asociadas.
Existen varios tratamientos quirúrgicos para las lesiones del plexo braquial, dependiendo del tipo y la gravedad de la lesión y del tiempo transcurrido desde la lesión.
- Reparación nerviosa: Este procedimiento consiste en suturar meticulosamente los extremos desgarrados de los nervios afectados para restaurar su continuidad y facilitar la curación y regeneración natural. Este procedimiento quirúrgico se realiza cuando los nervios se seccionan limpiamente y pueden reconectarse directamente sin tensión indebida.
- Injertos nerviosos: Este procedimiento se utiliza para reparar lesiones del plexo braquial uniendo los extremos seccionados de un nervio dañado con un segmento de un nervio sano tomado de otra parte del cuerpo. Este procedimiento es esencial cuando los extremos nerviosos no pueden reconectarse directamente sin tensión.
- Transferencias nerviosas: Este procedimiento se lleva a cabo redirigiendo nervios funcionales de músculos menos críticos para reinervar músculos o áreas que han perdido su suministro nervioso. Este procedimiento se emplea cuando los nervios dañados no pueden regenerarse o cuando se necesita una restauración inmediata de la función.
- Neurólisis: Este procedimiento quirúrgico se realiza para eliminar tejido cicatricial o adherencias que comprimen o atrapan los nervios. Este proceso implica diseccionar meticulosamente alrededor de los nervios afectados para liberarlos del tejido fibroso circundante, lo que puede impedir la función nerviosa y causar dolor.
- Transferencia de tendones: Este procedimiento quirúrgico se utiliza en casos donde la reparación o regeneración nerviosa no es factible e implica desprender un tendón de su inserción original y volver a colocarlo en una ubicación diferente para compensar el músculo afectado, restaurando así el movimiento y la fuerza de la extremidad afectada.
- Reconstrucción del plexo braquial: Este es un enfoque quirúrgico avanzado que combina múltiples técnicas, incluidos injertos nerviosos, transferencias nerviosas y transferencias de músculos o tendones para lesiones graves o complejas del plexo braquial.
Es importante saber que, dependiendo de la gravedad de la lesión, la cirugía puede no devolver a su brazo o mano las capacidades que tenía antes de la lesión.